martes, 1 de julio de 2008

La felicidad en 4 minutos


Si ya es tremendamente complicado describir con palabras cualquier término abstracto, imagínate con imágenes. Si además le sumas que ese término abstracto es la felicidad, que para cada ser humano puede significar una cosa bien distinta, la cuestión se complica sobremanera. Para mí lo más cercano a la felicidad es cuando he estado enamorado, y por eso me encanta la escena más archifamosa de Cantando bajo la lluvia, que por si acaso alguno no ha visto completa, aquí os dejo su enlace:

http://es.youtube.com/watch?v=rmCpOKtN8ME

Aquí no voy detenerme en analizar partes famosas de la escena, como la presencia amenazante del policía en la parte final, representando el delicado momento que tanto los guionistas como el propio Gene Kelly estaban atravesando debido a la caza de brujas ordenada por el senador McArthy, uno de los episodios más vergonzosos de la historia de Hollywood. Ni siquiera voy a resalzar que Gene Kelly rodó la escena con algunas décimas de fiebre, ante una tremenda lluvia artificial. Por supuesto, pararse en analizar la magnificencia de la coreografía del baile de la escena, es totalmente absurdo, porque la perfección es imposible de describir en palabras. Yo por lo menos yo no me atrevo a hacerlo.

Lo que más me fascina de esta escena, y por eso, creo que es una buena escena para inaugurar el blog, es como logra transmitir más que ninguna otra escena de un Musical, aquello que llamamos “felicidad”.

La mayoría de las personas, entre las que me incluyo, pasan su vida buscando la felicidad como si se tratase de una meta, lejana, pero a la que ansiamos llegar algún día sin saber muy bien qué narices nos vamos a encontrar allí, o lo que es lo mismo, sin tener claro qué es lo que estamos buscando para lograr decir ese día las palabras mágicas “yo soy feliz”. Tal vez, no nos damos cuenta que la felicidad se basa en momentos, pequeños momentos que a veces duran minutos o escasos segundos.

Pues bien, en esta escena de Cantando bajo la lluvia, cuando Debbie Reynolds cierra la puerta de su casa tras despedirse de su amado, siempre me fijo en la cara de Gene Kelly y con una sonrisa idiota que se me pone en la boca, me digo a mí mismo “este tío es feliz”. Y logro entender su reacción posterior de ponerse a bailar, chapotear, brincar, saltar, sin importarle las gotas de lluvia o la mirada atónita de todos los que pasan a su alrededor. La escena dura escasos cuatro minutos, pero es que esos minutos son la mayor representación en imágenes que he visto de la felicidad.
Joder, mira la escena. Y si tienes la mala suerte de estar pasando en lo personal una mala racha cuando la veas, no me digas que no te inunda la ilusión y la total certeza de que ese mal momento pasará y llegarás a estar algún día como Gene Kelly, en lo alto de una farola, agarrado a ella y sintiéndote la persona más feliz del universo. Tal vez mucho más pronto de lo que te imaginas.

Repito, para cada uno la felicidad significará una cosa, pero seguro que sea lo que sea lo que te la provoque, tu cara en ese momento se parecerá enormemente a la de Gene Kelly, y por eso quería que este trozo de película usado tantas veces para ilustrar la grandeza del cine, sirviese de excusa para comenzar este blog. La semana que viene, más.

Ojalá algún día me vuelva a enamorar y tú, donde quiera que estés ahora, me despidas con un beso en tu portal con la lluvia como protagonista. Si es así, me acordaré del bueno de Gene, y tal vez, si los años todavía no han acabado con mi eterna ilusión de crío adolescente, cometa la locura de tirar mi paraguas en una esquina y decida regresar a mi casa dando un paseo, totalmente empapado… y cantando bajo la lluvia.

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